La mediación en la empresa, regulada por una ley del 2012, es relativamente nueva en España pero eficaz. Resuelve conflictos entre partes en el que un profesional mediador contribuye a que las personas o empresas involucradas encuentren una solución sin tener que recurrir a los tribunales.
Es un procedimiento especialmente indicado para la empresa familiar porque los afectados por el problema no pierden el control sobre su resultado que no es impuesto por un juez ni árbitro, y además es confidencial, más barato y mucho más rápido que los tradicionales procedimientos judiciales, ya que el ritmo de trabajo lo marcan los interesados, pudiendo desarrollarse en el lugar y en los horarios que resulten más cómodos y eficientes.
Solucionar las diferencias sin recurrir a la confrontación frente a un juez, permite que los implicados en el problema puedan mantener su relación comercial, laboral y familiar, a menudo, mejorada, en vez de recordar constantemente que una vez tuvieron que verse en el juzgado.
Los acuerdos alcanzados en la mediación son de obligado cumplimiento y tienen la misma validez legal que una sentencia judicial o un laudo arbitral. Las empresas de medio mundo utilizan la mediación hace más de 30 años como primer recurso antes de plantearse siquiera acudir a los tribunales para solucionar problemas que pueden terminar en el peor de los casos en su liquidación por el valor de sus activos.
Hemos empezado 2017 con la prensa aireando la rendición ante los problemas de alguna de las empresas familiares baluarte de nuestra comunidad. Empresas familiares que han pasado en unos años de blasón económico a folletín de lo que los medios de comunicación califican de “historias de celos y rencillas que terminan con la empresa y con la familia”.
¿Cómo familias capaces de crear un gran negocio, pueden hacerlo crecer y gestionarlo durante años contra viento y marea y cuando van viendo llegar y desarrollarse los problemas no son capaces, con todo su staff de capaces de superarlos? Si los asuntos de sucesión y la división entre familia y empresa ocupa libros y manuales hace años….
Ocurre porque en nuestro negocio cuando surgen los problemas se mezclan, y perjudican e intoxican tanto las relaciones familiares como la gestión de la empresa, independientemente de que hayan surgido en la empresa o en casa y lo que la experiencia nos enseña es que aunque hagamos planes de sucesión, protocolos familiares, acudamos a los tribunales por un divorcio o una herencia e incluso profesionalicemos la gestión, no nos dan soluciones eficaces ni satisfactorias.
Las soluciones “de libro” están diseñadas para lo general, para la mayoría y no para ”lo nuestro”, para cada familia y cada empresa familiar que es única, en sus relaciones, en sus miembros, en sus valores, en sus necesidades, en cada momento de su ciclo de vida.
La experiencia demuestra que es imprescindible confeccionar e implementar procedimientos de gestión de conflictos a medida de cada empresa y de cada familia, de su idiosincrasia, su filosofía y sus valores, formas de proceder y herramientas que son únicos para esa organización que además de solucionar ese conflicto concreto, produzcan un aprendizaje y establezcan métodos que reduzcan los riesgos que vayan surgiendo en adelante.
Los problemas y los conflictos acecharán siempre, pero es relativamente fácil preverlos y adelantarte a las crisis que pueden desencadenar
Muchos profesionales se centran en la solución de problemas que surgen las empresas, de manera que los acuerdos obtenidos sean beneficiosos para todos y permitan mantener intactas las relaciones familiares. Eso es lo imprescindible, pero el objetivo debe ser, además de resolver disputas o problemas puntuales, incrementar la capacidad de las empresas familiares, para que tanto la familia como la empresa puedan responder a sacudidas y situaciones de stress.
Se trata de establecer vías para la reducir riesgos, de anticiparse y no comprometer en batallas estériles los recursos que podrían ser empleados en innovar y mantenerse en un nivel óptimo de competitividad.
Para la correcta resolución de conflictos en la empresa familiar, es necesario rastrear constantemente en la gestión cotidiana, analizando en las distintas fases de ciclo de vida de la empresa qué problemas están fraguándose y anticiparnos a los errores, contribuyendo con soluciones creativas únicas, especialmente diseñadas para ese momento, para esa empresa y/o familia o para ese problema.
En definitiva, se trata de preparar a las empresas familiares para que mejoren su capacidad de reacción y continúen siendo excelentes.
Magdalena González La Red
Puede consultar la "Guía de Mediación para Empresas de la Comunidad Valenciana" en MD Mediación.